(CNE).- El presidente Alvaro Uribe Vélez anunció que el Gobierno no descarta alternativas para establecer un subsidio al ACPM, con el propósito de estimular a los transportadores del país.
La medida busca también generar ventajas para un sector que como el transportador debe enfrentar dificultades diarias de orden público en las carreteras nacionales.
Durante la clausura del congreso anual de la Confederación Nacional de Transportadores de Carga (Colfecar), el Mandatario aseguró en un conversatorio con los transportadores que el desmonte del subsidio a los combustibles será gradual.
Sin embargo, explicó que no se descartan excepciones como la del subsidio al ACPM, el más usado para el transporte de carga y pasajeros del país.
El subsidio buscaría, además, atacar el transporte informal y fomentar la legalización de transportadores piratas.
El combustible con subsidio se vendería en las estaciones de servicio, las cuales se encargarían de comprobar la legalidad del transportador antes de expender el ACPM a más bajo precio.
"Eso nos ayuda a motivar el sector formal y desestimular el informal", dijo el Jefe de Estado.
Uribe Vélez explicó que las circunstancias de orden público que enfrentan diariamente los transportadores justifican la adopción de un subsidio de este tipo.
Sugirió para el transporte informal la asociación en cooperativas, las cuales reciben estímulos del Gobierno.
POLITICA PETROLERA
El presidente Alvaro Uribe Vélez también anunció una agresiva política petrolera durante los próximos años para recuperar la autosuficiencia en esta materia.
Dijo que el país pasa por una situación muy crítica, por lo que es necesario incrementar rápidamente la producción en el país.
Se trata de "una política agresiva de estímulo a las exploraciones y a quienes actualmente tienen contratos de asociación", advirtió el Jefe de Estado.
Dentro de la estrategia de fomento a la producción se incluye la extensión de contratos de asociación para que las multinacionales puedan invertir desde ya con seguridad, mejoren la producción de los pozos y extiendan el período útil de los mismos.
También se estimulará la realización de procesos de sísmica en más de dos mil kilómetros para estimular el hallazgo de nuevos yacimientos petroleros.
"El país tiene que recuperar un ritmo acelerado de sísmica y de perforación de pozos para recuperar la producción y la autosuficiencia", afirmó.
Destacó que se privilegiará el negocio del gas natural vehicular para sustituir el uso de combustibles líquidos. Para esto se adelantará un plan de conversión a gas de 10 mil vehículos por año.
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LA ENCRUCIJADA DEL TRANSPORTE
PUBLICO EN CARTAGENA
Continuación:
MARUJA PARRA , EL UNIVERSAL
LOS TRANSPORTADORES DE SERVICIO público colectivo dicen tener atascada la inversión ante la inminente salida de circulación de gran parte del parque automotor.De acuerdo con un representante del sector de transporte público, el servicio, que antes tenía sus problemas, ha experimentado un justificado deterioro en los últimos tres o cuatro años. La inminente salida de circulación de gran parte del parque automotor de servicio público colectivo para darle paso al Sistema Integrado de Transporte Masivo (SITM), el llamado Transcaribe, tiene frenada la inversión, según Hernando Sierra Porto, empresario.
“Hay incertidumbre. No debemos comprar nuevos vehículos porque no sabemos cómo va a quedar el transporte. Tampoco es sensato invertir más dinero del necesario en la readecuación de los vehículos que están circulando”, explica Sierra.
Pese al empeño que —reconocen transportadores como Sierra— ha puesto la Gerencia de Transcaribe en acercarlos al proyecto, se mantiene la incertidumbre.En noviembre pasado la Gerencia del proyecto instaló mesas de trabajo con los representantes de los transportadores, definiendo como primera medida la realización de un censo que revele las verdaderas condiciones del parque automotor del servicio público colectivo.
Las ventas de vehículos utilizados para este servicio en la ciudad no están congeladas. Según la Cámara de la Industria Automotriz de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi), el año pasado en Cartagena se vendieron 262 vehículos de transporte colectivo, lo que no implica que todos o la gran mayoría entraran a prestar servicio público.
SIN CONDICIONES PARA INVERTIR
“No estamos en condiciones de reemplazar el parque automotor”, ratifica Sierra, argumentando que, entre las cosas más relevantes, no saben los transportadores hasta qué fecha contemplará el eventual censo los modelos a pagar para sacar de circulación y meter los buses articulados del sistema integrado.
Hasta ahora el SITM no implica la desaparición de todas las rutas.
“Quien compra ahora un bus o una buseta para prestar servicio público no lo está haciendo necesariamente como una apuesta empresarial concreta. Algunos pueden comprar respondiendo a los muy atractivos planes de pago que ofrecen los concesionarios (algunos son dados sin cuota inicial) o puede darse el caso de que algún pensionado o jubilado sin experiencia en el sector se le ocurra que es un buen ingreso diario”, piensa.Sin generalizar, el empresario no descarta que el lavado de dinero esté poniendo algunos de estos vehículos más en las calles.
En 1995 fue congelado el parque automotor de servicio público colectivo en Cartagena. Significa que no pueden matricularse ante la autoridad de tránsito para prestar el servicio más de 2.000 buses, busetas y microbuses. El ingreso de nuevos vehículos se da por una figura llamada reposición: se cancela una matrícula de un bus viejo o chatarrizado y queda el espacio para el nuevo —los vehículos tienen unos 20 años de vida útil—.
Sierra considera que desde finales del 2003, cuando se anunció el SITM, el sector entró en una especie de limbo, del que se le agota el tiempo para salir porque las ganancias son cada vez menores.
“Además de la prevención para invertir por la inminencia del SITM, han aparecido en el panorama elementos perjudiciales para el negocio como el mototaxismo”, dice.Las empresas calculan que el emergente e informal nuevo servicio de transporte se llevó el 40 por ciento de los pasajeros. “Ese cálculo está basado en que los días sin moto (primer viernes de cada mes) el flujo de pasajeros aumenta un 40 por ciento”, explica la fuente.
CIFRAS
Las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) revelan que pese a que entre el tercer trimestre de 2005 y el mismo periodo de 2006 aumentó el número de vehículos afiliados para prestar el servicio en Cartagena, el número de pasajeros movilizados por día se redujo 0,76 por ciento: de 47,6 millones a 47,3 millones.
De acuerdo con datos que entregó hace varios meses el Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte de Cartagena y los cálculos de los transportadores, en la ciudad hay unos 1.900 buses matriculados, de los cuales sólo 1.300 están circulando; muchos otros están varados o perdiéndose en los patios. El Censo brindará la claridad.
Los buses —hasta el tercer trimestre del año pasado había seis menos afiliados que en el mismo lapso de 2005, según el DANE— fueron los que más perdieron clientes (3,18 por ciento), mientras que las busetas los ganaron (2,88 por ciento). Fueron las busetas de mayor costo, las de servicio “superejecutivo”, las que jalonaron clientes.
En todo caso, la crisis del transporte público colectivo apunta a que mientras más se dilate la entrada en funcionamiento del SITM, la situación empeorará (La Gerencia espera ponerlo a rodar a finales del otro año).
Esta es una panorámica del valle de Guatiguará, localizado entre Floridablanca y Piedecuesta del Área metropolitana de Bucaramanga, Colombia. En este lugar está fincada la mirada de los proyectistas y urbanizadores, por el futuro que ofrece para la expansión de la ciudad. El valle de Guatiguará está sobre el eje vial Bucaramanga - Piedecuesta de la troncal que parte a Bogotá.
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